Diferencias entre abrir una franquicia o un negocio propio

Abrir un negocio desde cero y ser tu propio jefe es el sueño de muchas personas que tienen una meta personal y profesional, que no encuentran cabida en el mundo laboral o que tienen capital para invertir en un nuevo negocio. Para alcanzar ese sueño, hay que tener una serie de aspectos claros, principalmente, hay que saber cómo empezar y qué hacer. 

Ser emprendedor y montar un negocio propio conlleva tiempo, sacrificio y contar con un fondo de capital. Es necesario analizar las distintas opciones del mercado y las ventajas e inconvenientes que te ofrecen. En este caso, presentamos las principales diferencias entre abrir un negocio desde cero o hacerlo a través de una franquicia:

• Montar un negocio que parte de un sueño, desde cero, es satisfactorio y reconfortante personalmente, pero es un proceso lento. Si por el contrario, el emprendedor tiene capital para invertir y no tiene claro qué tipo de negocio quiere o sí lo sabe pero no cuenta con los conocimientos y la experiencia necesaria para iniciar la aventura solo, la franquicia es la mejor opción y es un proceso mucho más rápido. 
• La franquicia cuenta con una estructura empresarial, un saber hacer y una metodología de trabajo ya establecida, que en el caso de abrir una empresa desde cero el emprendedor tendrá que estudiar, analizar y crear. 
• Cuando se abre un local propio desde cero, el coste de la inversión es mayor puesto que necesitas crear una marca, sacar las correspondientes licencias y seguros, buscar un local, acondicionarlo, invertir en diseño, mobiliario, maquinaria, etc. Sin embargo, en el caso de la franquicia, suelen incluir todos estos procesos de implantación en la inversión total y la marca acompaña y da soporte desde el principio al franquiciado. 
• La franquicia disminuye los riesgos de fracaso frente a un negocio que parte desde cero, puesto que esta cuenta con experiencia en el mercado y una marca sólida. 
• En ambos casos, tanto el dueño del negocio como el franquiciado deben cumplir una serie de objetivos y metas para impulsar y mantener el negocio. En este caso, el emprendedor tiene más libertad para tomar decisiones, adoptar nuevas ideas o propuestas, ya que en el caso de la franquicia, es el franquiciador el que tomas las decisiones más importantes, aunque son muchas las enseñas que dan una mayor flexibilidad y participación a su red de franquiciados.

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