Gestión de una franquicia

Tras firmar el acuerdo con la empresa franquiciadora, llevar a cabo todo el proceso de adecuación y diseño del local, el siguiente paso para el franquiciado es el de empezar a trabajar en su nuevo proyecto. Comenzará por contratar al personal necesario para el tipo de franquicia que haya elegido y todas las gestiones pertinentes que debe llevar a cabo antes de la inauguración del establecimiento. Entre ellas tiene que tener en cuenta algunas como: 

1. La formación antes de abrir la franquicia. La fase de formación es imprescindible a la hora de abrir una franquicia, ya que es el momento en el que el franquiciador le transmite al franquiciado el saber hacer y la metodología de trabajo de la marca. En todas las franquicias, suele ser obligatoria esta parte del proceso de franquiciado, la duración de la formación dependerá principalmente del tipo de negocio que el franquiciado desee montar. Esta formación cubre desde los aspectos técnicos del negocio como son las técnicas de venta, el marketing o la gestión del día a días, hasta los prácticos, en otras franquicias ya operativas y en la propia del franquiciado.
2. Capital necesario para la inversión. Además del capital necesario para la inversión inicial del modelo de negocio, el franquiciado necesitará capital para sobrevivir los primeros meses de apertura. El franquiciador le pedirá al franquiciado una contribución personal que oscila entre el 30% y el 40% de la inversión total. Por tanto el franquiciado tendrá que disponer de un fondo de maniobra. Para ello puede recurrir a la financiación, que puede ser propia, con capital que procede de fondos propios, externa, recurriendo a un banco para que le de un préstamo, o bien a través de inversores, personas que podrán aportar el capital necesario y a cambio se llevarán parte de los beneficios del negocio.
3. Contratación de personal. Hay franquicias enfocadas principalmente para el autoempleo que no requieren de más personal que el propio franquiciado, sin embargo, el resto de franquicias, que además del franquiciado, necesitan de una o más personas para que el negocio funcione, el franquiciado tiene que pasar por la fase de contratación de personal. En este caso no será el franquiciador el que se encargue de contratar al personal para la franquicia, aunque puede aconsejar o asesorar, pero será el propio franquiciado el que lleve a cabo esta tarea, por tanto debe tener en cuenta aspectos como la experiencia de los candidatos, la formación que tienen en el sector, etc. Además será conveniente, que el franquiciado elabore un plan de crecimiento para los años próximos, con el objetivo de prever si la cifra de empleados tendrá que aumentar y en el tiempo en que lo hará.
4. Acompañamiento en la apertura de la franquicia. Una vez el franquiciado pone en marcha su negocio, contará con el apoyo del franquiciador en todo momento, e incluso, en el día de la apertura, un componente del equipo de la franquicia estará en el acto de inauguración para reforzar la plantilla del franquiciado. 
5. El día a día en la gestión de tu negocio. Esta es la fase en la que el franquiciado empieza su aventura solo, aunque siempre puede hacer cualquier consulta o duda a la central de franquicias, pero tendrá que gestionar su negocio por sí mismo, organizando los turno de la plantilla, las reposiciones de stock en el caso que necesite, las cuentas y el resto de gestiones necesarias para la actividad diaria del negocio, para eso es importante contar con buenos programas o software de gestión y de cuentas. 

Cuando un emprendedor decide abrir una franquicia, sabes que va a contar con el respaldo, en todo momento, del franquiciador y la central de la franquicias de la marca, desde la creación del negocio hasta después de su apertura. Sin embargo es importante que el franquiciado se informe, sea previsor y analice el plan de apertura y desarrollo del negocio, en cuanto al capital, el personal y la organización.

Consulte más información sobre la gestión de una franquicia en La Guía para el Franquiciado.