Franquicia, según la definición de la Real Academia Española, da nombre a la concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada.

Podríamos decir que una franquicia es una estrategia que lleva a cabo una empresa para expandir y dar a conocer su marca, es por ello que, si una empresa tiene estos objetivos de expansión, franquiciar su compañía sería una de las mejores opciones que puede tener en su abanico de estrategias.

En este negocio existen dos elementos clave, uno de ellos es la marca o empresa que decide que su negocio sea una franquicia con el fin de llevar a su marca a la expansión, y otro elemento es el franquiciado. Entre ellos se establece una relación de negocio en la que la franquicia cede la explotación de los derechos de su marca al franquiciado, para que este saque beneficio de ello a través de un negocio que es la franquicia.

Para concluir, la franquicia es el acuerdo que estas empresas y marcas establecen con otras personas. Estas personas a las que llamamos franquiciados suelen ser emprendedores, inversores o autónomos que están interesados en abrir un negocio a través del cual pueden ser ellos las personas empleadas en su propio negocio, o también, pueden contratar a un equipo humano para que estén trabajando en su establecimiento.

Las empresas que se convierten en franquicias tienen como objetivo desarrollar y explotar su negocio bajo el cumplimiento de una serie de condiciones que definen y que cuentan con una figura muy importante que es la del franquiciador, además de las contraprestaciones financieras que son definidas por ambas partes.

Existen varios tipos de franquicias: franquicia comercial, franquicia industrial, franquicia de distribución, franquicia de producción, franquicia de servicios, y, por último, las franquicias mixtas, estas franquicias nacen de la unión entre una franquicia de servicio y una franquicia de distribución.