Los colmados son pequeños establecimientos o tiendas donde se vende o se sirven comidas especiales, principalmente mariscos. Aunque, este concepto de negocio es más habitual encontrarlo en las zonas rurales, actualmente, estos espacios de comercio tradicional han ido evolucionando con los años, instalándose en las grandes ciudades, sin perder su esencia principal que es la de ofrecer productos de primera calidad o gourmet, y con una estética más vanguardista y moderna.
Abrir un colmado en el ámbito de las franquicias requiere de la misma operativa que abrir una tienda de alimentación o supermercado, aunque suelen ser establecimientos que requieren de una inversión menor. Principalmente, es necesario escoger una marca, ponerse en contacto con la misma y analizar sus requisitos, como por ejemplo, el capital necesario para invertir, si la población escogida requiere de un número determinado de habitantes, la zona para establecer el colmado o las herramientas que ofrece al franquiciado, entre otros aspectos.
En este caso, la franquicia ya te ofrece una marca patentada en el mercado, que cuenta con un público asiduo, una metodología de trabajo y que le ofrece al franquiciado formación para comenzar a desarrollar la actividad.
En este ámbito, existen marcas como Mi Marrano que nace como un nuevo concepto de franquicia que combina lo mejor de un colmado tradicional con un diseño elegante y sofisticado. En los establecimientos de esta enseña predomina la estética y el diseño cuidado al detalle. El jamón es el producto estrella de la marca, por ello, han creado los Marranitos, bocadillos finos de jamón ibérico con aceite de oliva extra virgen, un producto que los diferencia como marca en el mercado. Desde Mi Marrano pretendían con este modelo de negocio, "abrir una tienda para todo tipo de público, en la que los clientes puedan disfrutar de productos diferentes y especiales en el mercado", afirma Edmundo Colungo, cofundador de la franquicia Mi Marrano.
También, destaca en este sector, Un Mundo a Granel que no es un colmado como tal pero la operativa del modelo de negocio es muy similar a los colmados de finales del siglo XIX en España, donde todo se vendía al peso, ofreciendo productos ecológicos, en su mayoría nacionales y artesanales, que se alejan de los comercializados en las superficies de gran distribución. La mayor diferencia de este tipo de establecimientos con los supermercados o tiendas de alimentación comunes reside en el servicio y la calidad del producto, principalmente. "Nuestro formato de franquicia es novedoso y con gran futuro puesto que los consumidores cada día demandan más un modelo de tienda como el nuestro, en que no se usan plásticos y se reducen los envases. Además, tenemos puesto el foco en el producto ecológico, vegano y de comercio justo, comprando lo más cerca posible del productor y reduciendo costes de intermediación, para asegurar una mayor calidad. Al ser productos a granel y no estar envasados previamente el producto "respira" mejor lo cual va a favor de la calidad", asegura Enrique Fiestas, Gerente de Operaciones Un Mundo a Granel. Un Mundo a granel le asegura al franquiciado que el diseño de la tienda esté de acuerdo con la franquicia y por tanto, se pueda importar el mismo modelo de éxito de otras tiendas. Por otra parte, la central aprovisiona todo el producto necesario y proporciona formación, asesoramiento y apoyo en la puesta en marcha del negocio. "Los precios de la central a los franquiciados por el producto son muy competitivos, los mejores del sector, pues el franquiciado se beneficia directamente de la capacidad de compra de la central por volúmenes altos y por la muy trabajada y ampliada base de proveedores", concluye Fiestas.
Consulte más información sobre las franquicias Mi Marrano y Un Mundo a Granel.
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