Las grandes plataformas de delivery han tenido dificultades para adaptarse a la ley rider

En el siguiente reportaje analizamos cómo las grandes plataformas de delivery han tenido dificultades para adaptarse a la ley rider y se han visto obligadas a apoyarse en empresas más pequeñas que sí siguen la normativa, para poder seguir dando servicio.


El reparto de comida a domicilio lleva siendo una realidad desde hace décadas. Sin embargo, no ha sido hasta hace unos años, cuando han surgido las grandes cadenas especializadas en este sector, que el delivery no solo facilita un servicio de comida a los usuarios, sino que también ha implementado en su logística la entrega de la compra o el transporte de todo tipo de productos de un usuario a otro, a la hora del día y en el lugar que estos demanden.

El éxito de este sector se debe a la necesidad creada de la inmediatez, factor incrementado en los últimos años, principalmente por la pandemia y las restricciones a la hora de salir de casa que dificultaban el poder disfrutar de los locales de restauración, así como los cambios en las necesidades de los usuarios, con la llegada de nuevas generaciones, cuya demanda supone un cambio de paradigma en el sector. Tal y como señala Santiago Hernández, profesor de la CEF (Centro de Estudios Financieros), “nos hemos vuelto demasiado impacientes y vagos". Junto a ello, cabe destacar también la apuesta de las grandes cadenas delivery por atraer a clientes mediante campañas de marketing muy estudiadas, que influyen en el comportamiento de compra de los usuarios de las plataformas en su versión online.

Sin embargo, si bien es cierto que, esencialmente la pandemia, ha supuesto un desarrollo acelerado de este modelo de negocio, han confluido varios factores que han provocado que este tipo de empresas no vivan su mejor momento. Las grandes campañas de marketing a las que nos referíamos anteriormente han conducido a las empresas a realizar un gran gasto, que no siempre se recupera. Esta falta de sostenibilidad económica se ha visto mermada, a su vez, por el fin de las restricciones y las ganas de la gente de pasar más tiempo al aire libre. De esta manera, es muy difícil sostener una empresa cuyo modelo de negocio es ofrecer, en un tiempo aproximado de 15 minutos, un servicio dirigido a múltiples clientes con diferentes necesidades y lo que ello implica en cuanto a logística, transporte y, fundamentalmente, trabajadores.  

La Ley Rider

Tras unos años polémicos por el tipo de contratos ofrecidos por las empresas del sector delivery a sus trabajadores, llamados ‘riders’, el 12 de mayo de 2021 entró en vigor en España la ley rider, que tenía como objetivo regular laboralmente el sector del reparto a domicilio, garantizado sus derechos laborales y acabando así con el contrato predominante en estas empresas, el de falso autónomo. 

A pesar de las polémicas suscitadas por el obligado cumplimiento minucioso de esta ley, que ha sido pionera en el mundo, su puesta en marcha ha traído consigo un crecimiento de la competencia entre diferentes plataformas, lo que ha supuesto la marcha de España de algunas grandes empresas del sector o la reducción de su plantilla, pero también la aparición de nuevas enseñas. 

Una de las enseñas que ha aceptado esta ley desde su comienzo fue Yallego, marca líder en el fod delivery de proximidad. Desde su central de franquicias indican que “desde la creación de nuestra estructura empresarial en 2018 tuvimos claro que cuidar y dar buenas condiciones al equipo de repartidores era la base principal de poder crecer con Yallego. La ley rider ha obligado en algunos casos a regularizar la situación de muchos riders, que en varias ocasiones venían a solicitarnos empleo estable y sólido, pero en nuestro caso la implantación de esta ley no ha hecho más que beneficiar y realzar nuestro sistema de trabajo. Tener contratados a los repartidores mejora la calidad y eficacia del servicio a los restaurantes que se traduce en una mayor facturación y consiguiente fidelización de los negocios y clientes. En general, los negocio delivery deben interiorizar que mantener una plantilla contenta, reduce la rotación y aporta rentabilidad, seguridad, y proyección a la marca”.


Cambios en la operativa

Estos cambios en el sector, junto con el aumento de los precios generalizados, dificultan la sostenibilidad económica de las empresas delivery. Esto ha resultado en que, con la intención de reducir costes, a las plataformas les haya quedado la opción de, o bien, aumentar los tiempos de entrega, suponiendo ello la pérdida de clientes, o bien, la asociación junto a otras plataformas que, aun perteneciendo al mismo sector, tienen un modelo de negocio distinto que permite compartir repartidores, puntos de entrega y logística y, consecuentemente, reducir gastos. 

Es en este punto donde han entrado en acción plataformas pequeñas de última milla ultra rápida como Yallego, que se han visto beneficiadas por haber optado desde el comienzo de su trayectoria por operar en ámbitos locales, a los que las grandes plataformas no llegaban. 

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