Desde la franquicia Pecado Carnal aseguran que “la idea es desarrollar un concepto barato y asequible para todo aquel emprendedor que quiera autoemplearse”.
Así detallan las líneas maestras que, en la medida de lo posible, buscan reducir los costes. “En caso de realizar obra civil, el desembolso final no subiría casi nunca más de 1.500 o 2.000 euros respecto a los 27.000 –que indicamos en la ficha–, al contar con personal subcontratado para efectuar lavados de cara de locales de forma asequible, donde se incluye pintura, acondicionado de la sala y pequeñas reformas”.
Como es obvio, si la reforma es integral, “uno puede invertir lo que sea, aunque esto no es representativo de la idea de franquicia que se quiere desarrollar”. También en el plano económico, la central de la franquicia Pecado Carnal financia a los asociados que lo necesitan, que no han de poseer más del 30% de la inversión en fondos propios. “En cualquier caso, tenemos un acuerdo con un banco para facilitar el acceso”.
Respecto a la previsión de ingresos, ésta depende del propio local y de las cargas de estructura que deba soportar, entre otros factores. “Lo que sí concretamos es un pay-back, que hemos logrado materializar en un periodo inferior a dos años”.
Si nos detenemos en la propuesta gastronómica, se define como la cadena de hamburgueserías y parrilla con mayor venta de productos de Kobe: “Más del 75% de las referencias de la carta utiliza la carne de Wagyu (Kobe) como materia prima”.
Una oferta que lleva el sello de un grupo “con una experiencia de más de 36 años en la hostelería”.