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El sector de la distribución alimentaria no es solo el más
potente del ámbito de la franquicia, sino que lo es también de la economía en
general. Los datos que presenta son cada vez más amplios en todas sus variables
y no ha dejado de crecer en todos estos años. La realidad es que las grandes
cadenas, y el modelo de franquicia en particular, han aportado innovación
continua y economías de escala crecientes que han redundado en contra del
comercio tradicional.
El perfil de emprendedor e inversor en el sector de estas
enseñas y, particularmente en el ámbito de los supermercados, en contra de lo
que pudiera parecer, puede ser cualquier persona que busque una solución al no
encontrar un hueco en el mercado laboral, como también, aquellas personas que
buscan diversificar su inversión.
El coste de implantación de un establecimiento de las
Franquicias de Alimentación oscila entre los 600 y los 1.500 euros/m2, mientras
que la superficie habitual oscila por lo general entre los 200 y los 750 m2,
aunque también existen opciones a partir de los 100 m2 en función de cada una
de las enseñas presentes en el mercado.
Por otro lado, la cesta de la compra de cada hogar español
supone aproximadamente 4.160 euros al año y, el grueso de los clientes, no
supera un radio de acción de entre 300 y 500 m2 alrededor de un
establecimiento. Actualmente, Mercadona, Carrefour, DIA, Lidl o Alcampo, son
algunas marcas del sector que lideran el mercado de la distribución
alimentaria. No obstante, son otras muchas marcas más las que tienen presencia
en un mercado donde es muy difícil la entrada de nuevos operadores si no están
especializados.
Actualmente, el consumidor que existe en este sector es una
persona más informada en precios, que dispone de información derivada de
múltiples aplicaciones y que, por ello, puede comparar entre diferentes marcas
muy rápidamente y sin costes. Esto da lugar a una mayor rivalidad competitiva en
precios y menores márgenes entre las Franquicias de Alimentación. En cambio,
anteriormente existía otro perfil de consumidor, que valoraba fundamentalmente
la proximidad. El nuevo consumidor valora también la conveniencia a través de
una compra multiformato que combina el comercio electrónico para la compra
grande de productos estandarizados y pesados, con la compra en establecimientos
de proximidad para los productos de alimentación frescos.
Por motivos como este, actualmente muchas enseñas del sector han apostado en estos últimos años por la implantación de tiendas de proximidad de pequeño formato que buscan una mayor cercanía con el consumidor, con el objetivo de empezar a hacerse un hueco en nichos de mercado muy especializados.
Este sector incluye subsectores como son las franquicias de vino, las franquicias gourmet y las franquicias de supermercados y tiendas de alimentación